domingo, 8 de abril de 2012

Hay veces que si, otras que no...

Hay veces que uno imagina que todo va a estar bien. Hay veces, sin embargo, que nos damos cuenta de que es mentira la primera oración.
Hay veces que nos gustan que nos mientan, que nos digan la mentira más dulce que pueda existir sólo para que nuestra vida sea más placentera. Hay veces que odiamos que nos mientan, que odiamos que nos cierren los ojos.
Hay veces que nos gustan que nos regalen cosas, que nos deleiten con cosas materiales, con cosas comestibles y hasta a veces las exigimos. Sin embargo, hay otras veces que deseamos que todo el mundo nos deje de regalar esas cosas que no queremos, que no pedimos, que no deseamos.

Así como también hay veces que nos gustan las cosas, hay veces que las odiamos; hay veces que las deseamos, hay veces que no; hay veces que exigimos, hay otras veces que damos, también hay tiempos para la reflexión... y otros tiempos que no.

Pequeña reflexión sobre los nuevos comienzos

Es difícil acostumbrarse a una nueva vida. Es difícil empezar de nuevo todo sin mirar atrás, sin mirar lo que dejaste, lo que debías hacer para que no comience todo de nuevo, sin preguntarse una y otra vez si hiciste bien o mal o si simplemente debías hacer algo más.
Sin embargo, siempre, siempre cuando uno comienza algo nuevo siente esa necesidad innata de hacer las cosas bien esta vez. Y por más que ése nuevo comienzo, ese "nuevo renacer de las cenizas" tenga los miedos claros y obvios de un novato, siempre tiene un gustito a "revancha" o algo por el estilo...

Los nuevos comienzos siempre dan miedo, pero por algo son NUEVOS...